El INCAA sigue con el cierre de distintas unidades operativas y, más puntualmente, de aquellas destinadas a la difusión del cine argentino. Tras la brutal reducción de la planta laboral implementada en 2024, solo quedaron para operar la señal de cable / satelital Cine Ar TV y la plataforma de streaming Cine Ar Play diez operarios, cinco de planta y cinco con contratos temporales, con la consiguiente sobrecarga laboral que significa mantener ambos servicios funcionando con tan poco personal.
Vargas presionó en la reunión realizada el último martes para que los cinco empleados fijos (que en algunos casos tienen más de 20 años de experiencia en el INCAA) opten en un plazo máximo de 10 días entre un retiro voluntario o un pase a disponibilidad. A los demás se les renovaría los contratos “hasta fin de año”.
Según informó el propio INCAA, la operatoria de Cine Ar Play, Cine Ar TV y Cine Ar Estrenos demanda una erogación anual de 330.000 dólares; es decir, unos 495 millones de pesos tomando un dólar a 1.500 pesos. Eso significa apenas el 0,9% del presupuesto actual del organismo, que asciende a 53.000 millones de pesos.
La idea del INCAA, una vez desmantelado Cine Ar TV, es apuntar a la privatización de Cine Ar Play y, si no aparece un comprador, podría plantear su cierre. Sus gerentes también estuvieron estudiando alternativas para monetizar la plataforma, pero no avanzaron demasiado en ese sentido.
Cine Ar corre en el centro nacional de datos de ARSAT, fue implementada por desarrolladores de ese organismo, se paga en pesos y posee tecnología propia. Se trata de una plataforma de streaming creada en 2015 que cuenta con más de dos millones de usuarios registrados en la Argentina y en el exterior con una amplia oferta de títulos recientes y de clásicos que llega a rincones donde no hay cines. Su valor cultural -algo que no parece importarle en lo más mínimo a la gestión de Carlos Pirovano- es incalculable. Y, claro, podría desaparecer en breve.
