El crimen de Luis Armando Espinoza, trabajador rural de 31 años, y la privación ilegítima de libertad de su hermano, calaron hondo en la sociedad tucumana en razón de que en el delito participaron efectivos policiales de la comisaría de Monteagudo.
El cuerpo de la víctima fue encontrado en la provincia de Catamarca, siete días después de su desaparición, asesinado de un disparo de arma de fuego tras una supuesta inspección que realizaron los agentes, aquel fatídico 15 de mayo de 2020, en un escenario de carreras cuadreras que se habrían estado realizando en la zona de El Melcho, en Simoca.
Por este hecho, investigado por la Fiscalía de Homicidios del Centro Judicial de Monteros, recibieron condena de prisión perpetua cuatro policías, otros cinco oficiales penas de entre cuatro y doce años y hubo dos absoluciones. Las culpas Con los partícipes del crimen detenidos y el cuerpo en la morgue judicial los investigadores debían determinar las responsabilidades en el hecho. Entre ellas, quien fue el responsable directo de disparar o entregar el arma que causó la muerte a Espinoza.
Era esto un nuevo desafío para el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) que mediante el uso de tecnología de avanzada logró identificar a la pistola reglamentaria Jericho 941 (arma táctica israelí 9mm) desde la que partió el disparo mortal, en un hecho en el que existieron y se secuestraron más de 10 armas, muchas de igual marca y modelo.
Para determinar en esta pluralidad de partícipes, quien tenía las mayores responsabilidades, como punto de partida se activó el Banco de Prueba de las Armas de fuego.
En ese momento se recuperaron los proyectiles y las vainas, procediéndose a disparar las armas sometidas a prueba, evidencias que se utilizaron en peritajes de comparación con proyectiles y vainas sospechados y/o incriminados.
Con los proyectiles recuperados cobró importancia superlativa el rol del Microscopio Comparador Balístico, con el cual se individualizó e identificó proyectiles y vainas, permitiendo su cotejo y vinculación con el arma de fuego que lo disparó. Este procedimiento fue trascendente al momento de endilgar responsabilidades.
El ECIF
Hablar del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales como un apéndice más del Ministerio Fiscal, conocido popularmente como ECIF, refleja apenas la simpleza de lo que sería una definición más. En realidad, vale decir que es un organismo de la Justicia abocado al trabajo investigativo.
Pero basta detenerse y prestar atención a su estructura, a su composición, al rol que cumple, a los resultados obtenidos, para ponderar la importancia de su trabajo. Lo había sostenido oportunamente el ministro fiscal Edmundo Jiménez, cuando adelantó que desde la estructura que conduce se había decidido combatir el delito con ciencia y tecnología, por lo que se invirtió en equipamientos de alto rendimiento y así examinar y procesar pruebas, lo mismo que la capacitación constante de los peritos especialistas.
De esta manera, el ECIF aparece preparado para hacer frente a los nuevos desafíos que plantea la evolución criminal.
Estructura investigativa
La evolución en materia investigativa, dispuesta por el Ministro Fiscal, motivó la conformación de sectores con roles claramente definidos.
Así nacieron:
-Cuerpo Médico Forense
-Química y Toxicología Forense
-Genética Forense
-Arqueología Forense
-Informática Forense
-Criminalística
-Análisis Criminal
-Contabilidad Forense
-Anatomopatología Forense
-Radiología Forense
-Cuerpo de Asesoramiento Psicológico./MPF
