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El Sillón que late III

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Capítulo III: Develando un quehacer

Don Lucas trazó y construyó las acequias que riegan (el verbo está en presente continuo) la provincia y que expandieron la agricultura.

Hombre culto, leía con frecuencia las obras de los clásicos griegos y romanos: Herodoto, Plutarco, Tácito y Julio César fueron lecturas de su preferencia. La historia, la astronomía, la filosofía y la sociología naciente le interesaron profundamente, Cantí, Thiers, Flanmarión, Spencer y Gustavo Le Bon formaron su biblioteca, cuenta el historiador Orlando Lázaro.

“El loco de la Regadera” como ironizaban sus opositores –por la obsesión que tenía por el agua- construyó la red cloacal. Parte de ella, es en la que hoy vacía San Miguel de Tucumán los deshechos de sus ciudadanos. Amplió la red de agua potable y los domicilios de la ciudad empiezan a tener agua. Incansablemente luchó para que la ciudad tuviera este beneficio.

Esa “locura” por el agua lo llevó también crear la primera dotación de bomberos.

Planteó el dique El Cadillal en un lugar que no pudo ser porque el suelo ferruginoso no se lo permitía, se hubiera desmoronado. Años después, lo materializa Celestino Gelsi gobernador de la provincia en el enclave actual, metros más allá.

El cuerpo posterior del mausoleo ostenta una gran placa bajorrelieve rodeada por guirlanda de laureles, con el dique La Aguadita dice el historiador Lucho Akel, o El Cadillal dice el artista plástico Atilio Terragni.

En el Cementerio de los Ricos –como le llamaban al Cementerio del Oeste- hay enterrado 22 ex gobernadores y 17 ex intendentes. Al otro enterratorio, el del Norte, se lo consideraba el de los pobres.

Su ubicación está en el cuadro “E” número 416. Ahí están descansando los restos de don Lucas. También están los restos de mi abuela Delfina –que era la menor de sus once hijos-, por pedido expreso de él, porque ella lo había acompañado a Quilino hasta el día de su muerte, recuerda Jorge Bravo Córdoba, acaso el único bisnieto sobreviviente en estas tierras.

Aída (la mayor de sus hijas, del segundo matrimonio) permanecía internada en algún lugar de Buenos Aires donde muere soltera en 1964.

Un perro viene todas las tardes, y cuando invade la noche corre hacia el fondo y ladra sin parar, después vuelve y duerme en la entrada del cementerio. Se lo dimos a una señora que cuida animales, pero él volvió y no quiso irse más. Contó Alicia Belmonte.

Ernesto Padilla gobernaba la provincia el 29 de mayo de 1922. Cuando traen los restos de Lucas Córdoba vienen por ferrocarril desde la provincia de Córdoba. Era muy querido así que lo recibe mucha gente. Desde la Estación sus restos fueron trasladados a la Casa de Gobierno y se hace el velatorio para que lo despida su pueblo y de allí va en carroza al Cementerio del Oeste.

No existía el monumento todavía, años después se encargaba a una comisión, presidida por Pedro Ruíz de Huidobro, quien fue intendente de San Miguel de Tucumán y muy allegado a Lucas Córdoba. Cuando se concluye la obra del mausoleo los restos son trasladados a su actual emplazamiento.*

Julio Argentino Roca fue el hombre que le comunicó a su padre, Nabor Córdoba, que su hermano, también Nabor, había muerto en la batalla de Curupaytí. Tiempo después Lucas sería el asistente del tucumano -futuro presidente a los de 37 años- durante la Conquista del Desierto.

Roca escribe una carta desde su estancia La Paz, cerca de Ascochinga, Córdoba el 23 de febrero de 1905:

Mi querido Lucas: toda esta casa extraña mucho tu amable y grata compañía y no sin pena te vieron partir.

Yo mismo no acerté a decirte que tenías en mí un amigo con quien podrías contar y acudir sin reservas en cualquier tiempo.

Te mando esas humitas para que te acuerdes de La Paz. Si llegan bien repetiremos la dosis.

Que hayas encontrado bien a tus hijas son los votos de tu viejo amigo que no pierde la esperanza de darle un abrazo antes de partir para Europa, sabe Dios hasta cuándo.

                                                           *Julio A. Roca*

Cuando fue presidente empezó a modernizar el país y en su doble relación: amigo y paisano, lo ayuda –no solo económicamente- a trazar con sus técnicos el formato urbano que hoy tenemos. También en otros ítems, caminos, ferrocarriles y otros tantos etcéteras.

Lucas se casa por primera vez con Mercedes Granillo el 1º de mayo de 1864 y de ese vínculo nacen cuatro hijos: Lucas Alejandro, María Josefa (que con el tiempo se casaría con su tío, Emilio, hermano de su padre), Mercedes, Julio Ladislao. Cuando nace el último hijo del matrimonio el 18 de enero de 1870 don Julio Argentino le regala una cuna mecedora. Hoy exhibida en el museo Nicolás Avellaneda.

En 1867 fue jefe de Policía de Tucumán, legislador provincial y también profesor ayudante de Historia y Geografía en el del Colegio Nacional.

Tenía por objetivo alejarse de lo que se llamaba enseñanza puramente teórica para inclinarse hacia la práctico. Una de las finalidades era fomentar ciudadanos honestos y aptos para el trabajo, recordaba Juan B. Terán.

En 1881 la Educación Física, una de sus preocupaciones, aparece en uno de sus mensajes. Córdoba afirmaba que se habían presentado a la Inspección de Milicias 366 conscriptos de los cuales 117 resultaron inútiles para el servicio de las armas por falta de desarrollo físico. Este solo antecedente bastaría para imponerse el deber ineludible de prestar a la educación física los mejores cuidados a fin de asegurar sus resultados, morales y estéticos.

Crea el primer gimnasio que funcionaba en la manzana de Av. Avellaneda, Marcos Paz, Balcarce y Santa Fe. Lo inauguraría Próspero Mena. Hoy está el Hospital Centro de Salud Zenón Santillán.

Durante su gestión como gobernador construyó 56 ó 59 escuelas y llevó la matrícula de 14.000 alumnos a 19.000.

El 20 de mayo de 1874 se casa –por segunda vez- con Mercedes Arias y vuelve a enviudar el 28 de julio de 1899, en estas nupcias tiene 7 hijos: Aída, Arsenio, Mario, Dolores, María Emma y Delfina.

Su andar perpetuo lo llevó a dedicarse también al periodismo, fue corresponsal del diario La Nación, durante la Conquista del Desierto, en 1878. Dos años después pide la baja y se radica en La Rioja donde hizo de minero y periodista.

Cuando miró el tema agricultura, la calidad de quien fuera dos veces gobernador de la provincia aparece abarcando los tres factores más importantes: productores, trabajadores e industriales. Con la Ley del Machete, Buenos Aires no quería renunciar a seguir introduciendo azúcar del exterior, incluso de remolacha, traída desde las Antillas, por los dividendos que le daba el puerto en desmedro de la industria tucumana.

Gran Bretaña (país nunca amigo) manejaba el azúcar del mundo. Las cosechas eran buenas. Estaba prohibida la exportación.

La crisis venía hendiendo el aire y el cielo se cerraba para los factores azucareros.

Para no generar excedentes esta norma –dispuesta por el gobernador Córdoba- acotaba la producción para preservar la subsistencia de la industria azucarera. Fue en 1901 y 1902. Salvó a los productores y a los industriales.

En ese 1902 se fundaron en la ciudad y en la campaña veinte escuelas: El Colmenar, Las Talas, Yonopongo, Balderrama Viejo, Los Sosa, El tobar, Arcadia, Campo Grande, Los Ríos, Corralitos, Árboles Grandes, Mujer Muerta, Cachiyacu, Los puestos, Cevil Pozo, Florida, Pozo del Alto, Puerto del Medio, Esquina y una nocturna en Aguilares.

Conforme a estos principios el 27 de abril de 1897 el Ministerio de Instrucción Pública se dirigía al Consejo de Educación indicando la conveniencia de instalar un Jardín de Infantes de acuerdo al sistema propuesto por Friedrich Fröbel (educador alemán autodidacta, 1782-1852) para estimular y perfeccionar el instinto de observación.

También se creó una Escuela Práctica de Agricultura y alquiló para eso una quinta en los alrededores de la ciudad.

Otra medida vinculada al problema educativo la constituyó la creación de la Biblioteca Escolar y un Museo a establecerse en el edificio destinado al Consejo de Educación.

El gobierno tropezó con muchos inconvenientes, especialmente financieros. Emprendió su tarea los años en que Tucumán estaba oprimido por la depresión industrial y la crisis financieras complicadas por el hecho de ser una provincia de escasos capitales y de poco espíritu de solidaridad.

Surgieron así el Departamento de Ingenieros, la Junta superior de Irrigación y la Comisión de Agua Potable.

Se nombraron 134 subcomisiones de campaña y el vecindario se dio a la tarea de allegar recursos levantando suscripciones consiguiendo materiales y terrenos.

A fines de 1896 el gobierno dispuso $25.000 sobre un total de 75.000 con destino a los locales escolares de Simoca, Manchalá, El Naranjito, Amaicha del Valle, Villa Quinteros y Villa Alberdi.

Córdoba con buen criterio expresaba en 1898: Luz, ventilación, ubicación conveniente, capacidad necesaria, distribución inteligente y solidez en condiciones esenciales de un buen edificio escolar. ¿Reúnen estos requisitos las casas donde funcionan nuestras escuelas? Ciertamente que no.

Los tucumanos obtenían el agua de aljibes, pozos y del arroyo El Manantial, pero ninguno ofrecía garantías sobre condiciones de sanidad y buen estado. El clima ardiente y el paludismo, que hacían estragos, agravaban y complicaban la situación. Había que suministrar a la población agua libre de gérmenes infecciosos, uno de los medios más eficaces para combatir las fiebres intermitentes y el único camino era la provisión de aguas corrientes tomadas de lugares donde toda contaminación fuese imposible*, refiere Lázaro.

Derogó la Ley del Conchabo, que era una recopilación de edictos policiales que autorizaba a la fuerza pública a arrestar a aquellos que estaban desocupados, ergo había que conseguir una Libreta de Trabajo a cualquier precio y, como se advertirá, era bastante bajo el salario dado que a mucha oferta y poca demanda: el precio (de la mano de obra) baja. La Asamblea del año XIII había sucedido (en vano) la esclavitud (de hecho) había vuelto. La injusta Ley del Conchabo recobraba vigencia cuando Lucas Córdoba termina su mandato.

Dos cuerpos separados construyen la estructura del monumento, hecho por el escultor Arturo Dresco, (argentino nacido en 1875, formado en Buenos Aires y perfeccionado en Florencia, Italia). A la izquierda la “Agricultura” figura femenina, tiene un haz de espigas a sus pies. Resulta con el esquema tradicional, la túnica pegada al cuerpo, como si estuviera mojada, muestra un correcto manejo de la anatomía, algo endurecida como si el artista buscase liberarse de la estructura académica simplificando tímidamente las formas, describe Akel.

A pesar de la poca protección aduanera del gobierno de Buenos Aires que determinó la pérdida del mercado porteño y del litoral para los tejidos de Tucumán. La industria textil subsistió sólo para satisfacer la demanda local.

En materia de desarrollo industrial propulsó la radicación de nuevas industrias. Se instalaron fábricas destinadas a la elaboración de algodón, de aceites vegetales y la producción de vidrio.

Emergen los Talleres de Tafí Viejo, que se instalan en los predios que dona su yerno, mi abuelo, Ezequiel Bravo. Hoy una calle marginal de Tafí Viejo –sin pavimentar- que hace poco la recorrí: dice Exequiel, lleva su nombre y está mal escrito. Se escribe con z. Contó Jorge Bravo Córdoba.

El gobierno de don Lucas como una de las formas de paliar la crisis financiera que atravesaba una etapa crítica transformó el banco -de sociedad mixta- en Banco del Estado.

Creó el Banco Oficial: lo dice la única placa de bronce puesta sobre la lápida ubicada en el frente de la tumba: “Banco de la provincia de Tucumán rinde homenaje en su 75º aniversario al teniente general Don Lucas A. Córdoba, fue propulsor y promulgó la ley de creación de la entidad 1898-1973”.

A la derecha la “Industria” representada por un hombre con el torso desnudo lleva un atado de caña de azúcar mientras pisa un gran engranaje. Algo más expresivo que el anterior no aporta tampoco elementos de real significación artística. Describe Akel.

Pasó entonces a Rosario, y luego, en 1893, a Tucumán, como jefe de la policía militar, durante la intervención federal del general Francisco Bosch que aplastó la rebelión del radicalismo del 93’. Allí inició la segunda etapa de su vida y fundamental, que se centraría en la política.

Este mausoleo está ubicado al final de la avenida central. Una comisión presidida por Pedro Ruíz de Huidobro y Abraham de la Vega como secretario se realiza ésta obra. El Poder Ejecutivo de la provincia adhiere al homenaje por decreto del 22 de mayo de 1922 y designa al Ministro de Hacienda Eudoro Aráoz –radical- como representante oficial. El acto de inauguración se realiza el 29 de mayo de 1922.

En el centro con solamente el retrato del prócer tallado en un medallón en mármol blanco permite el acceso a la cámara funeraria. A los costados las dos grandes figuras alegóricas referidas.

El mausoleo fue declarado como bien de interés Histórico-Artístico Nacional por decreto Nº 316 del 3 de marzo de 2010.

*Se ofreció para la Guerra del Paraguay y el Gobierno no le respondió. Como buen mitrista, acompañó el infructuoso levantamiento de su tío Octavio Luna –su madre tenía ese apellido- que derrocó en 1867 al gobernador Wenceslao Posse y lo sustituyó en el sillón. Luna lo nombró a Lucas jefe de Policía.

En esa época, furiosas cartas de don "Pepe" Posse* –un ácido periodista de la época- a Sarmiento lo describían a Lucas como un "pilluelo", que presumía de "matón y duelista con gente mansa". Cuenta el historiador Carlos Páez de la Torre.

Continúa en el capítulo IV

Félix Justiniano Mothe, Patricia Aguirre, Ada Solohaga. Fotos y cámaras de Horacio Arias

Otros capitulos

El Sillon que late - Capitulo I

El Sillon que late - Capitulo II

El Sillon que late - Capitulo III

El Sillon que late - Capitulo IV

El Sillon que late - Capitulo V