Emotivo homenaje a Eduardo Ramos en el Pozo de Vargas

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Pozo de Vargas. Famiiares, amigos y militantes por los Derechos Humanos recordaron a Eduardo Ramos, periodista desaparecido y asesinado en la última dictadura militar. Ampliar
Los restos de uno de los dos periodistas tucumanos fueron identificados la semana pasada. El pasado 24 de marzo se realizó un acto.

Este 24 de marzo se realizó un acto en el Pozo de Vargas, ubicado en el límite entre San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo, en homenaje a los desaparecidos. Ese lugar se hizo conocido porque allí se arrojaron cuerpos de militantes que fueron asesinados durante la última dictadura militar.

Esta vez, el acto se realizó unos días después de que se determinara que entre los restos identificados en los últimos meses se hallaron los que pertenecieron al periodista Eduardo Ramos.

A los 19 años, Eduardo Ramos ya estaba casado con Alicia Cerrota y era un intelectual que había trabajado en los diarios Noticias y La Tarde. El 1 de noviembre de 1976, cuando tenía 21 años y tras ser despedido de Canal 10, por negarse a hacer una nota que iba en contra de sus principios, fue secuestrado de su casa junto a su esposa y pasó a formar parte de la lista de desaparecidos durante la dictadura hasta hace unas semanas.

Luego del trabajo llevado adelante por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), los peritos pudieron reconocer por los cotejos de ADN los restos del periodista, y los de Domingo Valentín Palavecino, secuestrado el 11 de marzo de 1977; Ramón Oscar Bianchi, secuestrado el 14 de abril de 1976; Ramón Antonio Ortiz, secuestrado el 1 de mayo de 1976; Samuel Gerónimo Romero, secuestrado el 27 de enero de 1976 y Santiago Omar Vicente, secuestrado el 2 de febrero de 1976.

 Los familiares de estas militantes participaron del acto y como respuesta a tanta muerte en esa fosa común, plantaron pies de árboles de distintas especies. La Asociación de Prensa de Tucumán estuvo presente y planea una serie de actividades el memoria de Ramos, compañero periodista y poeta.

Sus hermanos lo recuerdan como un gran profesional, un hombre muy valiente, comprometido con su trabajo y por sobre todas las cosas con gran sensibilidad hacia las injusticias.

“Eduardo tenía mucha vocación, hasta tal punto que rindió libre el último año de la escuela de Agricultura para dedicarse a hacer periodismo y empezó a ayudarlo como corresponsal a mi papá que trabajaba en el diario Crónica”, señaló Pedro.

“Además era un poeta con mucho talento, por suerte aún conservamos algunos de sus poemas” sostuvo Ana emocionada.

Los hermanos coincidieron en que aquellas épocas eran muy difíciles pero Eduardo la tenía clara: “él sabía lo que estaba pasando, que estaban asesinando gente” afirma Patricia, quien señala como hecho clave de su desaparición cuando Eduardo se niega a cumplir con un pedido de los militares para que armara una nota que debía ser emitida en el informativo de Canal 10, que en ese momento estaba intervenido.

“Fue el único periodista que subió al cerro con los militares, después del Golpe del 76, allí encuentra compañeros asesinados, los militares arman una escena, lo obligaron a filmar y que arme una nota donde diga que había ocurrido un enfrentamiento para que salga en Canal 10” recuerda Patricia.

Luego, revivió el momento en que se enteró del secuestro de su hermano y su cuñada “yo atendí el teléfono y la voz de un hombre me dijo que a Eduardo lo había llevado junto a Alicia operativo enorme y cortó”.

“Cuando fui a la casa de Eduardo estaba todo revuelto y faltaban algunas cosas” indicó Pedro, “me llamó la atención que su anteojos estaban sobre una mesa, eso fue la muestra de que se lo había llevado a la fuerza, él usaba esos anteojos desde muy chiquito para poder ver”.

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