Inicio / Sociedad / SIN DESCANSO

10 años sin “Betty” Argañaraz: “Estoy más sola que nunca”

- -
A 10 años de la desaparición de su hermana Beatríz Argañaraz, Liliana aseguró que el PE, la Justicia, y la comunidad franciscana le cerraron las puertas en la cara. Aún así no pierde las esperanzas. Este domingo la recordarán con una misa, a las 20, en la iglesia Virgen de la Merced.

La voluntad inquebrantable de Liliana Argañaraz es la única arma con la cuenta para no sucumbir ante el dolor y la impotencia. Su rostro denota el cansancio de tantos años de una búsqueda sin respuestas. Aún así no pierde las esperanzas, inclusive de poder encontrarla con vida, aunque todo indique lo contrario.

“Yo no perdí nunca las esperanzas de hallar a mi hermana. Y voy a seguir como lo estuve todos estos años, pidiendo que se haga verdadera justicia por “Betty”. Nunca voy a bajar los brazos”, expresó Liliana ante los micrófonos de Radio Prensa.

El pacto de silencio entre las ex novicias no muestra ni una señal de fisura aún luego de 10 años. En este sentido, y teniendo en cuenta que este año podrían salir en libertad condicional, Liliana teme que nunca digan que ocurrió realmente ese 31 de julio en que “Betty” fue vista por última vez. “Ahora que pueden salir en libertad será más difícil que alguna se quiebre y diga que pasó. Yo aún no puedo entender como esta gente que quitó una vida tienen tantos beneficios. Nunca vamos a estar conformes con la condena ni como actuó la Justicia”, se quejó casi entre lágrimas.

Desde un principio Liliana estuvo convencida de que la responsabilidad  no recaía solo en las ex novicias. “Sabemos que no fueron solo estas dos mujeres. Creemos que hay otro poder superior que las amparó con el silencio”, sostuvo. En este sentido, cargó duramente contra la comunidad Franciscana, a la cual pertenecía su hermana hasta el día de su muerte, y culpó a las autoridades del colegio San Francisco por “tapar” por muchos años lo que ocurre entre las paredes de la institución ubicada en Marco Paz 664.

“Nunca hubo un pronunciamiento oficial del colegio con lo que ocurrió con mi hermana. Ella dio su vida ahí y esta institución se llamó al silencio, nos cerraron las puertas y nos trataron con indiferencia. Por eso creemos que dentro de ese colegio ocurrían muchas cosas extrañas. Por ejemplo en ese lugar nunca se realizó una búsqueda de Betty porque no lo quisieron abrir. Hubo un encubrimiento desde las autoridades de ese colegio”, remarcó.

En este contexto, desde el momento de la asunción del Papa Francisco, Liliana escribió reiteradas cartas al sumo pontífice para pedir que intervenga en el caso y pida a las autoridades jesuitas que controlan el colegio San Francisco que salgan del hermetismo y aporten datos que puedan ayudar a dilucidar que fue lo que en definitiva ocurrió con su hermana, pero nunca obtuvo una respuesta.

No sólo la justicia y la comunidad franciscana le dieron la espalda. Según contó, en reiteradas ocasiones acudió al PE para pedir que se continúe con la búsqueda de Betty y tampoco obtuvo respuestas. “El gobierno me cerró las puertas. Pedí una audiencia en el Ministerio de Seguridad y jamás me respondieron. Parece que para todos estuviera cerrado el tema, como si la condena de las novicias hubiera sido el fin de mi calvario”, agregó.

El caso “Betty”

La maestra de primaria desapareció el 31 de julio de 2006, cuando iba a trabajar al Colegio San Francisco. Según la investigación realizada por la fiscala Adriana Giannoni, la docente fue citada mediante engaños al departamento que compartían Fernández y Acosta. Allí, siempre según la fiscalía, la mataron a golpes. El cuerpo de Betty nunca fue encontrado.

Las ex novicias Fernández y Acosta fueron condenadas a 20 años de prisión, en diciembre de 2009. La sala V de la Cámara Penal las encontró culpables del homicidio de “Betty”. A partir de ese día, Liliana enfrenta una cruzada personal para conocer el paradero de su hermana puesto que las ex novicias sellaron un pacto de silencia que nunca se quebró.