El norte argentino impulsa la transición energética con caña de azúcar, con el bioetanol como una alternativa para la diversificación de la matriz energética y para el fortalecimiento de las economías regionales.
Así lo indica un informe elaborado por el Instituto de Promoción de Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat) al 15 de octubre. En un escenario global marcado por la transición energética y por la creciente demanda de fuentes renovables, el bioetanol emerge como pieza clave para diversificar la matriz energética de la Argentina, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para dinamizar economías del interior.
La Argentina se consolida como un referente regional en la producción de biocombustibles, impulsada por el enorme potencial energético de la biomasa generada por su sector agropecuario.
La producción de bioetanol a partir de caña de azúcar tiene su epicentro en las provincias de Tucumán, Salta y Jujuy, donde el desarrollo tecnológico y la articulación público-privada permitieron consolidar un polo bioenergético que no solo abastece al mercado interno, sino que también colabora, en gran medida, a reducir emisiones de efecto invernadero y a fortalecer las economías regionales.
La provincia de Tucumán se posicionó como líder en el NOA, respecto del volumen de bioetanol producido. Su aporte llega al 60% de la producción nacional de bioetanol.
Este posicionamiento estratégico refuerza el papel de la provincia en un firme compromiso con la diversificación de la matriz energética.
Expansión sostenida
Durante los últimos 15 años, el sector sucroalcoholero de nuestra provincia experimentó una expansión sostenida en la superficie destinada al cultivo de caña de azúcar. En 2010, la superficie rondaba las 225.000 hectáreas.
A lo largo de estos años, factores como la demanda creciente de bioetanol, las mejoras tecnológicas en el cultivo y la reconversión de tierras agrícolas contribuyeron a esta expansión gradual de tierras sembradas.
La superficie cosechable desde 2010 hasta la zafra 2025, que se estimó en 301.770 hectáreas, representa un crecimiento de un 34%. Tucumán cuenta con una infraestructura agroindustrial altamente desarrollada, compuesta por 14 ingenios azucareros, 10 destilerías y siete plantas deshidratadoras.
Este entramado productivo permite transformar el jugo y la melaza -subproductos del proceso de obtención de azúcar- en alcohol de alta calidad, tanto hidratado como anhidro, destinado a diversos usos industriales y energéticos.
Según datos oficiales difundidos por el Ipaat, hasta el 13 de octubre los ingenios molieron 16.926.431 de toneladas de caña bruta, lo que representa un incremento de un 6%, respecto del mismo período del año anterior.
De ese volumen, se obtuvieron 278.714.932 litros de alcohol hidratado, un 8% más que a la misma fecha de 2024. De ese total producido, 153.954.915 litros se destinaron a la elaboración de bioetanol, el combustible renovable que se mezcla con naftas.